35 años es más de lo que yo tengo y por
esto puedo imaginar que es mucho mucho tiempo. Hoy el teatro Justo Rufino Garay
Cumple 35 años de labores en las artes escénicas, en el teatro, 35 años de
entregar pasión, emociones, de preocuparse por las problemáticas sociales de
Nicaragua, de realizar propuestas artísticas que generan reflexiones, cambios,
de compartir conciencias y sobre todo generar que cada vez más generaciones de
jóvenes compartan la pasión de hacer teatro.
En el 2010 llegué sin esperar mucho a
hacer audiciones para obtener una beca en la escuela de teatro Justo Rufino
Garay, quería simplemente ocupar mi tiempo por las mañanas. A los días me dicen
que fui aceptado y lo acepté sin saber que era el inicio de una nueva hermosa
familia que me acompañaría hasta ahora. Al conocer a mi maestra Lucero Millán y
René Medina pensé “Wow, qué par de estrictos“, luego me di cuenta que en efecto
así eran, luego los odié, luego me di cuenta de lo necesario de esa disciplina,
y ahora lo agradezco mucho. Y bueno, para no hacer largo el cuento, una vez
dentro me fui enamorando del teatro, de las historias, de las obras del grupo,
de mi maestra y maestros, de la conciencia que había adquirido, la nueva
herramienta con la que contaba y la inquietud por compartir esta pasión que
acababa de llegar a mí, y de la que gracias al teatro Justo Rufino Garay me pude
enamorar.
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