La semana antes de Semana Santa, Felix del grupo de zanquistas de León, nos invitó, a Saraí Mendoza, del grupo Maraña, y a mí, a
compartir un taller de cuenta cuentos con la comunidad de Los Positos, gracias al Hermanamiento León Zaragoza. A como
ya sabrán, hay cosas que a mí no me las tienen que decir dos veces para que
agarre vara y Félix se encargó de conseguirnos exquisitas condiciones para que
todo se diera bien.
Llegamos a León un sábado por la noche, y Sara y yo
decidimos caminar un poco, lo cual no es muy cierto porque cuando hablamos de
cuadras leonesas nunca hablamos de caminar poco. Así llegamos hasta un parque
donde había una “Rueda Chicagua”, entre otros juegos, y decidimos regresar 15
años en la vida y divertirnos mucho, sin saber que nuestro compañero Félix nos esperaba
para cenar. Al llegar a su casa fuimos súper bien recibidos por él y Raquel, su esposa, con quienes nos sentamos a la mesa y platicamos hasta que el sueño nos
recordara que al día siguiente había que despertarse temprano.
Para no hacerles largo el cuento, aunque ya se los hice, a
la mañana siguiente nos fuimos a la comunidad de Los Positos que queda a 30
minutos de León. Así, a primera hora, en una camioneta y un microbús se
subieron los zancos, tambores, vestuarios, maquillajes, hula hulas, zanquistas,
cuenta cuentos y arrancamos. En cuanto llegamos los chicos de Fuego y Son
empezaron con la batucada, así como para despertar a Los Positos, la Sara
probando y probando sacó un master en hula hula, y yo juraba sacar cuadritos
con mis movimientos pélvicos., siempre de hula hula hablando.
Luego de un tiempo llegaron las chavalas y chavalos de la
zona y empezamos con el taller; este consistía en desarrollar una dinámica que les
permitiera, por parejas, contar una historia que partiera de ellas y ellos,
pasara por el túnel de la ficción y terminara en un cuento “real-fantástico”
muy divertido. Así, luego de 4 intensas horas de taller, y una hora de
almuerzo, el equipo de zanquistas Fuego y Son de León se pusieron sus
vestuarios, zancos, maquillajes y mejor actitud para salir y hacer un
pasacalles; este consistía en, con tambores y toda la buena onda, partir de un
punto hasta el centro comunitario donde se mostrarían los cuentos conseguidos
durante el taller, de igual manera, se aprovechó el trayecto para invitar a las
personas que, dentro y fuera de sus casas, concentraban su atención en el alboroto
que se hacía en las calles, sumándose a
la procesión que nos llevábamos; casi como un vía crucis, pero más movido.
Y bueno, ya en el centro comunitario se armó la fiesta sobre zancos y batucada, alegrísimo todo, preparando a la gente para las historias
que se venían, donde cada una llevaba ese toque local que caracteriza a Los Positos
y León. Llegada las 5 nos regresamos a la casa de Félix, aquí pudimos compartir
con su hermosa hija quien es súper buena onda. Y así, muy contento, me imagino
que la Sara también, me despedí de León y regresé a Managua, con una enorme
sonrisa causada por la familia zancoleonesa que sé, espero, siempre me va a
recibir con los brazos abierto, así como yo a ellas y ellos, y sobre todo
viendo los frutos de la conformación de redes que rápidamente se van creando en
nuestro diplomado de Gestión Cultural para el desarrollo.
Solo me queda
finalizar con un ¡SIGAMOS UNIENDO FUERZAS Y CREANDO ALIANZAS PARA EL
DESARROLLO DEL ARTE Y LA CULTURA!
!Ahora las FOTOS!
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Foto tomada por el equipo de Zanquistas Fuego y Son. |
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