martes, 5 de marzo de 2013

Mi voz se marca por las vivencias y no por la teoría.



Como ya sabrán algunas y algunos de ustedes, a mí me gusta hablar mucho. Creo que hablo más de lo que hago, pero al menos hablo. Lo importante de todo esto es poderse expresar, comunicar y generar algo.

Como ya podrán haber notado, al parecer, me gusta provocar, jochar y hablar mucha mierda sólo para joder al resto de personas. Sí, es cierto. Es divertido. Y se me acusa de que mis argumentos no están bien sustentados por bases teóricas. Pero tengo que confesar algo; no me interesa mucho la teoría.

Siento que hay un vicio sobre el que muchas veces patinamos; reproducir criterios.

La educación nos ha acostumbrado a recitar conceptos completos con puntos y comas. Si nos equivocamos es malo y crecemos con miedo a errar, convirtiéndonos en grabadoras que declaman teorías, incapaces de generar criterios conscientes. Pasa mucho y de muchas maneras. La aceptación está en decir lo "correcto", y lo "correcto", al parecer, está escrito en piedra. Yo no estoy de acuerdo con esto.

Pasa que cuando escribo quiero compartirles mi punto de vista, mi sentir. Por esto no me preocupo mucho por demostrarles que conozco de algunos temas. Si, cuento con teorías y bases de diferentes fuentes, pero ustedes dan clic a un link (De mi blog) esperando leer mis ideas, escucharme a través de las palabras y concordar o discordar conmigo.  

Sí yo quisiese demostrar mis conocimientos seguramente les daría un discurso aprendido en 4 horas. Sí quisiera informarles de algo tal y cual es, les pasaría un link para que se informen. Pero quiero comunicar lo que siento y eso viene de mis vivencias “únicas” que van marcándome y transformando mi discurso, mi manera de ver el mundo y personalidad.

Esto puede que sea una justificación a lo que escribo. Pero ahí va. Soy más práctico que teórico (aunque no haga nada). No me da miedo equivocarme, contradecirme, discernir del resto, desencajar u ofender con lo comunicado. Lo importante es expresarse, las equivocaciones son el pan de cada día, generar una voz propia, que salga de las entrañas, no siempre es bueno resguardarse bajo la falda de una voz ajena que nos represente, y reprimirse no es una opción.

Por eso, ahí voy a seguir expresándome. Utilizando todos los medios posibles que tengo al alcance y contándo a partir de mis vivencias, conocimientos e ignorancia. Porque mientras esté vivo mi mente va a tener la inquietud de comunicar con voz propia.