martes, 25 de noviembre de 2014

Cuentos en la Modelo

El pasado Martes 18 de noviembre me fui, junto a la compañera Saraí Mendoza del grupo de teatro Maraña, a contar cuentos a la modelo, como parte del movimiento de narradores orales escénicos de NIcaragua. Tal vez dirán ¿Por qué a la modelo? Resulta que la universidad Agraria imparte la carrera de agro negocios a personas privadas de libertad, y a ellos, este grupo de estudiantes, les llevamos una hora de cuentos variados. Resulta que Saraí contó cuentos de su repertorio Ojo de Agua, y yo, un mix entre “Roberto, lleno eres de cuentos“ adaptados, y otros que siempre ando bajo la manga. En un momento del espectáculo se hizo un cadáver exquisito, un cuento colectivo donde todos los presentes participaron en la construcción de una historia, historia con más giros que mis ex colochos, y cuyas intervenciones contaban con un poco de cada uno.

La experiencia muy linda, ellos, a pesar del estigma que se pueda manejar, son personas tranquilas, como muchas y muchos de nosotros, al menos el grupo con el que compartimos, tipos, que aunque estén por distintos motivos que desconozcamos por las circunstancias en las que nos encontramos, merecen una oportunidad y ya el hecho de interesarse por una carrera es un gran paso para su reintegración a la sociedad. Se mostraron muy agradecidos y compartieron el hecho de que les alegraba tener algo distinto a lo que tienen todos los días, algo que les hiciera olvidarse por un momento del encierro en el que se encuentran a diario, y Saraí y yo, nos llevamos las buenas energías con las que nos recibieron. Así, Saraí y yo, damos los primeros pasos de un proyecto que nos tenemos entre manos, Teatro Rewelto, del cual van a saber más durante el próximo año.

Ahora, ¡¡FOTOS!!






miércoles, 19 de noviembre de 2014

Justo Rufino Garay, 35 años

35 años es más de lo que yo tengo y por esto puedo imaginar que es mucho mucho tiempo. Hoy el teatro Justo Rufino Garay Cumple 35 años de labores en las artes escénicas, en el teatro, 35 años de entregar pasión, emociones, de preocuparse por las problemáticas sociales de Nicaragua, de realizar propuestas artísticas que generan reflexiones, cambios, de compartir conciencias y sobre todo generar que cada vez más generaciones de jóvenes compartan la pasión de hacer teatro.

En el 2010 llegué sin esperar mucho a hacer audiciones para obtener una beca en la escuela de teatro Justo Rufino Garay, quería simplemente ocupar mi tiempo por las mañanas. A los días me dicen que fui aceptado y lo acepté sin saber que era el inicio de una nueva hermosa familia que me acompañaría hasta ahora. Al conocer a mi maestra Lucero Millán y René Medina pensé “Wow, qué par de estrictos“, luego me di cuenta que en efecto así eran, luego los odié, luego me di cuenta de lo necesario de esa disciplina, y ahora lo agradezco mucho. Y bueno, para no hacer largo el cuento, una vez dentro me fui enamorando del teatro, de las historias, de las obras del grupo, de mi maestra y maestros, de la conciencia que había adquirido, la nueva herramienta con la que contaba y la inquietud por compartir esta pasión que acababa de llegar a mí, y de la que gracias al teatro Justo Rufino Garay me pude enamorar.

Por esto, y mucho más, me emociono increíblemente con cada estreno del grupo, cada nueva generación de actores y actrices que cursan su escuela, cada vez que les veo en persona, cada vez que compartimos. Por eso felicito al grupo de teatro Justo Rufino Garay en su 35 aniversario de hacer teatro en Nicaragua, un oficio, pasión, que no es fácil mantener en nuestro país, de formar nuevas camadas, de entrega con una realidad cada vez más difícil de tratar, y, sobre todo, agradezco inmensamente al grupo por su paciencia, dedicación, enseñanzas, herencia de pasión, inspiración y entrega de un sentido a mis acciones. Gracias profesora Lucero, profesor René y Jhosay por tanto.