viernes, 30 de mayo de 2014

Amo a mi mamá, la doña Lucia

Hoy aprovecho para presentarles a mi hermosa madre, Lucia.

Cuenta la leyenda que un 29 de Noviembre, la Lucia pujaba con la garganta para intentar parirme, la enfermera sorprendida le dijo que no era así que se pujaba, la Lucia muy molesta les preguntó que cómo putas se hacía, y la enfermera muy temerosa le respondió que era como si estuviera cagando, la Lucia dijo que eso era fácil y de un pedo nació este hermoso moreno al que tanto adoran. Historia que ha servido para trolearme en cada cumpleaños desde los 12, y que luego se convierte en un cuento mío llamado
“La gran cagada”.

Reconozco que me ha encantado crecer a su lado, porque es una mujer súper tuani, fuerte, orgullosa de verme en el escenario, maldita a veces, me rebana mucho, me apoya en cada decisión tomada que le parece acertada y está llenita de amor para compartirme. La mujer a quien le debo  y agradezco la vida, mi supervivencia, el título de la carrera, cada colocho, cada pizca de encanto en mi persona, cada gramo de talento, no sé, TODO.

Porque siempre voy a llevar conmigo sus bromas, las carcajadas que nos hemos lanzado juntos, las carcajadas a costillas de mi hermanita que nos hemos lanzado juntos, la bailada de El Niagara en Bicicleta en el Caramanchel, la vez que le picó una hormiga que la hizo llorar como por una hora mientras yo me le reía y me decía que parecía mongol por reírmele. Sobre todo la respuesta que me dió cuando le pregunté que cómo le había hecho para hacerme tan lindo... "Abrir las piernas y disfrutar, hijo, solo eso".

Porque aunque nos jalemos de los pelos constantemente y nos digamos nuestras cuantas verdades, ella y yo tenemos claro que nos amamos, y sí no… Te amo Lucia, gracias por tanto amor y moldearme bonito, y gracias al universo por mandarme a su vientre y darme la dicha de convertirme en su más grande cagada.


¡Feliz día de las madres!








domingo, 4 de mayo de 2014

Feminicidio VS perritos flechados

Hace poco, como muchas y muchos sabemos, anduvo la noticia de que un perrito fue atravesado por una flecha. Esto incomodó a muchas personas que expresaron su disgusto en las redes sociales compartiendo imágenes y opiniones acerca de lo ocurrido. Fueron días de especulaciones y deseos por conocer a los culpables, organizaron una marcha hasta que las noticias locales comunicaron que habían dado con los lanza flechas. Entonces desearon muchas cosas malas para castigarlos y se mostró toda la indignación hacia tales actos.

Días después, una mujer muere asesinada frente al colegio donde daba clases a mano de su ex pareja en Tipitapa. Leí poco, nada, de esto en las redes sociales. No me percaté de la indignación, por parte de los mismos que lloraban al perrito, en este caso.

Al parecer al faranduleo le interesa más la vida de un perrito que las 28 mujeres asesinadas que han habido en los primero 4 meses del 2014.

No tengo nada en contra del perrito, amo a los perros,  y hasta ahora me amigo con los gatos. Pero me parece increíble como hasta cierto punto nos volvemos insensibles a ciertos problemas por los que la sociedad está pasando. Me imagino que ya se nos está haciendo costumbre leer y ver sobre las noticias de mujeres muertas, o tal vez la mujer se encuentra debajo del perro en la pirámide de intereses sociales.

El problema es que mientras queremos figurar como humanistas vengadores de animales en las redes sociales, afuera hay mujer (que pueden ser tu vecina, hermana, mamá o vos misma) siendo calladas frente a los abusos y agresiones del día a día, siendo ignoradas por algunas autoridades y por nosotros mismos.

Siento que si la energía que se le invirtió al caso de los perritos muertos se le invirtiera al del feminicidio, otro gallo les cantaría. Porque la problemática no es asunto solo de unas cuantas que andan organizando marchas y luchando por los derechos de ellas, es un asunto que nos compete a todas y todos como sociedad en desarrollo que demanda equidad, respeto y unidad.

La idea es que apoyemos y reconozcamos la labor que muchas mujeres realizan haciendo campañas, organizando marchas, dando talleres y brindándonos información respecto a la desigualdad de género que vivimos. Sensibilicémonos un poco más, démole su importancia, no lo veamos como un "Aish, ya vienen estas locas feministas", no esperemos a que sea un ser cercano quien muera para involucrarnos de alguna manera. 


Porque ya no necesitamos más individualismo, indiferencia, ni personas que vayan por la vida haciéndose las pendejas. Pongámonos las pilas, apoyémonos un poco más en lo que podamos, los problemas sociales no son sólo míos, ni tuyos, ni de ellas o de ellos, sino de todas y todos los que pretendemos alcanzar un desarrollo como país, porque si seguimos fragmentados en bandos que apoyan solamente lo suyo, ignorando el resto de propuestas, nunca vamos a conseguir ese ideal que como sociedad a veces deseamos.