Ahora estoy de frente a un año que promete mucho. Un año que me reta y me incita a ser mejor.
Mi 2012 fue un año muy turbulento, la vida me dio unas cuantas estocadas bastante brutales y dejó que me desangrara en el suelo un par de veces; lloré, reí, cometí miles cagadas, ciertos aciertos, exploré, me rodeé de gente hermosa, y tantas cosas me ayudaron a conocerme mejor, reconocerme como ser y comprender mejor al universo.
El 2012 fue una gran sacudida que me llenó de valor y madurez para enfrentarme al 2013, una preparación para este año que nos recibe. Fue una etapa necesaria, porque si, fue una etapa en la que; así como estuve un par de veces en la cima, también me sumergí bastante profundo hasta tocar la mierda en su mas preciada esencia para luego salir a la superficie y entonces darle el valor que realmente se merece el aire, y ahora que inhalo cierta pureza me siento listo para estar bien conmigo mismo y seguir de frente, dejando atrás ciertos chicles que no me permitían caminar tranquilo.
Y bueno, ahora camina, no un nuevo, sino, un Roberto un poco diferente, consciente de su estado, de sus metas y posibilidades. Veo con positivismo a este año, veo muchas oportunidades, muchas energías ricas, buenas vibras, gente linda, aventuras, sonrisas y bailes, sin mencionar algunos cuantos infortunios que resultan inevitables.
Y así cómo yo veo un año lleno de cosas mágicas, espero muchas y muchos lo vean igual y la pasen rico, de manera que sea un año magnifico para el mundo.
El 2012 fue un año de cambios y reconocimientos, el 2013 es un buen año para iniciar de 0, desprenderse y avanzar con la frente en alto para redimirnos y ser mejores seres.
Agradezco al 2012 porque me enseñó un montón de cosas, dentro ellas me demostró que "Nunca vamos a saber que es estar bien sin antes no conocer lo que es estar mal".
Bonito 2013, abrazos muchos.
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